domingo, 22 de abril de 2012

Yo te avisé



Cuando mi mejor amiga Belu se mudó a La Plata, el año pasado, para empezar el ingreso de Medicina, lo hizo luciendo su más reciente accesorio: la soltería. Para algunas mujeres, llevarlo encima puede resultar más incómodo que una tanga para esas que usan culotte. Pero ella la llevaba flamantemente. 

Había pasado sus años de secundaria con su primer novio, Nicolás, en una relación que duró casi cuatro años y que terminó porque ninguno de los dos podía sobrellevar el estar a 500 km. de distancia, y cuando pisó la Ciudad de las Diagonales, la cuna del conocimiento y, por tanto, de los estudiantes accesibles y atractivos, arrasó.



Fue entonces cuando llegó Julián. A mí no me caía muy bien, tenía una banda de reggae, pero no era por eso. Al menos, las veces que tuvimos que compartir el mismo ambiente, me daba la impresión de que estábamos lidiando con un nene. Pero ella estaba cómoda y yo, no tenía por qué meterme. Él la quiso endulzar, pero ella tenía bien en claro lo que quería y se lo había dicho ni bien se empezaron a ver: no buscaba una relación seria, sólo alguien para pasar el rato.

De todos modos, él no entendió el concepto con claridad y empezó a hacerle desplantes. ERROR, con mayúscula. A las personas les cuesta demasiado entender que si no hay nada oficial, no hay derecho a reclamos; es como robarle Wi-Fi a tu vecino: si te apaga el módem cuando se va a dormir, no es de forro, es mala suerte. Y, de esta manera, a pesar de la tonelada de buenos momentos que habían tenido juntos, se deshizo de él de la manera más cruel: le quitó el beneficio de la cama y lo desterró a la "friend zone".


Lo peor de todo es que después, se la acusaba de haber jugado con el chico. Cuando, en realidad, ella le había aclarado las cosas antes.  Dicen que el que avisa no traiciona, entonces ¿por qué nos ponemos cómodos en un lugar cuando sabemos que el contrato de alquiler se puede vencer en cualquier momento?¿Acaso no entendemos cuando nos dicen las cosas, o nos creemos el  imaginario colectivo de que con nuestra hermosa personalidad, y nuestro amor infinito, podemos hacer que el otro cambie de opinión? Me encantaría despertarlos yo misma, de semejante mentira, pero esta vez voy a dejar que se respondan a estas preguntas ustedes mismos.


Belu sigue siendo amiga de Julián.

Por Rocío T.

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