domingo, 22 de abril de 2012

Yo y mis veintitantos



Qué etapa, la puta madre. Son complejos los veintitantos, sobre todo cuando allá en la lejana preadolescencia te imaginabas a dicha edad recibida, con trabajo, auto propio y haciendo viajes por el mundo (enviciada del sistema). Y ya, en esta edad, te ves, todavía estudiando, sin un laburo que te permita dejar la casa de tus viejos y alcanzar esa tan añorada independencia.

Es complejo desde muchos aspectos: querer hacer tantas cosas y no poder, es feo estar condicionado por situaciones tales como el dinero, el tiempo y las obligaciones. Es así y de esta manera cuando me pregunto "¿estoy viviendo o sobreviviendo?", "¿es una etapa?" , "¿o toda mi vida adulta voy a estar así?".Y ante toda esta contradicción de querer disfrutar mi mejor etapa y al mismo tiempo sobrevivir ante todas las obligaciones, se presentan los miedos.

Sí señores, los miedos siempre aparecen para tratar de cagarte la existencia, y empiezan las dudas, los cuestionamientos, los llantos desenfrenados, los días de mierda, los ataques de concha y demás. ¿Por qué? Simple: no sabes si estás yendo por el camino correcto, te equivocás, te caés, cada vez más te cuesta levantarte,  te reís, pensás y decís basta. Y querés volver a esa tan ansiada adolescencia, o peor aún, a la seguridad de la niñez. Pero no, te das cuenta que no podés y más encerrada estás. ¡Y qué cagada!, ¿qué se hace entonces?

La respuesta no la tengo, puedo contarles a ustedes qué es lo que hago yo, que definitivamente no es la solución, pero me ayuda. Escucho música, me fumo un pucho, cierro los ojos, y pienso en que lo que estoy haciendo me va a llevar a un estado de bienestar (otra vez el maldito sistema). Y no funciona, así que practico yoga (esto es mentira, no soy tan top), me clavo los auriculares con un buen rock de fondo, agarro una hoja y escribo boludeces.

Dicen que es la mejor etapa, así que.... no me queda otra que TRATAR de disfrutarla y seguir insistiendo para terminar todo lo que tengo que terminar de hacer (o empezar)...       

Por Lucía Rocha

1 comentario:

  1. El ser humano siempre busca completarse. El único lugar donde estuvo entero es en la panza de la madre. Ahí había comida gratis y un calor increíble ,en donde cada día era realmente una aventura,sin preocupaciones, sin prejuicios,sin obligaciones. Desde que salio de ese hogar siempre quizo volver allí.Es mas, hasta sale llorando; nunca nadie vio a un ser humano llorar tanto como en su propio nacimiento.¿ O alguno de ustedes nació sin llorar?. Después realiza acciones para compensar el no estar en el útero.Comprar un caramelo o una casa, tener una noviX, ir a la cancha y demás.El sistema le vende el supuesto utero y posteriormente lo compra.El humano es incompleto, y ante esa insatisfacción aparecen los miedos, las etapas quemadas, el paso del tiempo.Pero por otro lado surge su motor inagotable: Buscar la felicidad que alguna vez tuvo. Tal vez esa felicidad radique en esa búsqueda, en el aprendizaje eterno.En tropezar y volver a levantarse.En auto - completarse día a día....


    Firma: Un alien sobre los humanos.

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